La decisión del legislador federal mexiquense, Raúl Sánchez Barrales Zavalza, no fue entendida en su justa dimensión por toda la clase política, pues consideran que tiene que ver con el debilitamiento del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) o que incluso pierde posibilidades rumbo a las elecciones intermedias del próximo año, pero en realidad es todo lo contrario.
Son diversos los movimientos que se realizan entre los aliados legislativos del presidente Andrés Manuel López Obrador; MORENA, PT, PES, con la finalidad de evitar ecuaciones que beneficien a sus adversarios políticos, sin embargo conservan mayoría, caso concreto en la LXIV Legislatura Federal.
Por ejemplo en el contexto de polarización entre los sectores afines y los críticos de López Obrador, los operadores en el Congreso de la Unión se preparan ante el escenario de renovación de la Mesa Directiva, con el objetivo de acotar el paso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que por el momento conserva la tercera fuerza legislativa.
De acuerdo con el artículo 17 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, para el segundo y tercer año legislativo, la Mesa Directiva debe recaer, en orden decreciente, en un integrante de los dos grupos parlamentarios con mayor número de diputados que no la hayan ejercido, como es el caso del PRI y PT.
Los priistas suman 46 diputados y la bancada del PT subió a 40, pero podrían sumar otro tanto.
Para llegar a 40 integrantes, cuatro diputados se sumaron al PT en las últimas semanas, dos de ellos lo anunciaron el sábado pasado, en cuya operación neurálgica se incluyó el legislador mexiquense Raúl Sánchez Barrales, de Atizapán de Zaragoza.
Lo anterior fue resultado de acuerdos logrados entre Raúl Sánchez Barrales y Mario Delgado Carrillo, el coordinador del Grupo Parlamentario de MORENA, con avanza en su aspiración de convertirse en el próximo candidato de la coalición por la Presidencia Municipal de Atizapán de Zaragoza.
Sánchez Barrales no habría abandonado MORENA e irse al PT si no se tratara de una relevante negociación que, en el fondo, podría estar avalada desde Palacio Nacional, pues el objetivo de fondo es el crecimiento de los petistas.
Lo anterior con el objetivo de acercarse a los 46 diputados priistas o superar la cifra, lo que los colocarán en la posibilidad de quedarse con la Presidencia de la Mesa Directiva.
En septiembre del año pasado, MORENA intentó reelegir a Porfirio Muñoz Ledo en la Mesa Directiva, lo que generó inconformidades y turbulencia en la Cámara de Diputados, tras lo cual renunció al cargo para dar paso inmediato a una serie de negaciones que derivaron en la llegada de la panista mexiquense Laura Rojas Hernández, a la Presidencia.
En ese momento trascendió que los jefes de bancadas acordaron respetar la Ley Orgánica, de modo que en este tercer año legislativo que iniciará en Septiembre, el PRI pudiera acceder a la posición por ser tercera fuerza.
Pero en el futuro se habla de la posibilidad de que el PT pudiera impulsar para ese cargo a Porfirio Muñoz Ledo, quien ha sido un importante critico de diversas decisiones legislativas precisamente de MORENA, sin embargo para el que manda en el país, resulta mejor opción que el Revolucionario Institucional.
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