La secretaria de Gobernación en el país, Olga Sánchez Cordero, tuvo que atemperar su postura en cuanto a los semáforos de retorno a las actividades, primero en el sentido de que este sería impuesto por la federación, posteriormente reconoció que habrán regionales.
La segundo de a bordo en el gabinete federal dijo el martes que el semáforo para el regreso a la “nueva normalidad” será marcado por esta administración, sin posibilidad de que los gobiernos de las entidades marquen su propia ruta, lo que se entendió como una decisión enérgica.
En la reunión que se llevó a cabo entre la funcionaria federal y gobernadores se había acordado que en el caso del centro del país operaría un semáforo elaborado de manera conjunta por los tres niveles gubernamentales, tomando en cuenta que se trata del epicentro de la pandemia en el país.
Al final del encuentro celebrado de manera virtual, el Lunes pasado, Sánchez Cordero negó la posibilidad de que las entidades marquen semáforos alternos porque esto provocaría descontrol entre los habitantes. Obviamente los mandatarios no quedaron conformes.
Los gobernadores enviaron señales de incertidumbre sobre las decisiones de la Secretaría de Salud del país, pues aun cuando faltan pocos días para el regreso de las actividades no esenciales, no confían que se trate de una buena decisión, sobre todo porque están incrementando los casos de coronavirus y muertes.
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