Las fuerzas están desatadas al interior del partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hace ya cerca de un año, el 29 de agosto del 2019, en una de sus conferencias mañaneras, el fundador de Morena advirtió que en caso de prevalecer el desorden entre las diferentes corrientes que buscan apoderarse del liderazgo nacional dejaría ese partido.
El mandatario dijo:
“Sí el partido que ayudé a fundar, Morena, se echara a perder no solo renunciaría a él, sino que me gustaría que le cambiaran el nombre, porque ese nombre nos dio la oportunidad de llevar la cuarta transformación de la vida pública del país, no se debe de manchar ese nombre”.
El portal La Silla Rota comentó lo sucedido de la siguiente manera:
“De acuerdo con Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena y autor del libro Péndulo político, esto representaría un golpe mortal para Morena, pero que no es improbable que se pueda presentar en el escenario político nacional, de acuerdo con el político zacatecano.
En la columna »Arsenal» de Francisco Garfias que menciona algunas citas del libro de Monreal se comenta que “hay congresos locales y presidentes municipales pertenecientes a Morena, los cuales, por falta de acercamiento o vínculos, han abandonado los ideales del cambio de régimen y de partido, al ser cooptados por los gobernadores de los estados pertenecientes a otros partidos”, aunque no menciona cuáles.”
El liderazgo interino de Alfonso Ramírez Cuéllar carece de una fuerza de base suficiente como para poner en orden a las tribus que están pugnando por una elección de dirigente nacional que contemple la posibilidad de que sea a través de una encuesta, tal y como lo sugirió en su momento el propio López Obrador.
Morena tendrá que seleccionar dentro muy pocos meses a 15 candidatos a gobernador en otras tantas entidades.
Se ve un partido articulado y con fuerza en Zacatecas, Baja California, San Luis Potosí, en el supuesto que Esteban Moctezuma fuera el abanderado, en Colima donde las corrientes de Mario Delgado y César Yáñez pudieran conciliar intereses y presentar una candidatura de consenso y en Campeche en donde el PRI, que es el partido que gobierna, se encuentra totalmente desdibujado.
En Guerrero podría ganar si el candidato surge de una conciliación a tiempo entre los favoritos de las encuestas Félix Salgado y Luis Walton.
Sonora es un caso especial por la figura de Alfonso Durazo como el más viable candidato que, sin duda, ganaría los comicios del 2021.
Pero es manifiesta su falta de presencia como partido en Querétaro, Chihuahua, Sinaloa, Tlaxcala, Nuevo León, Baja California Sur y muy difícilmente arrebataría el estado al PAN a menos que su candidato fuera el senador Miguel Ángel Navarro Quintero.
Esa es una radiografía que las tribus pueden descomponer si insisten en tomar como rehén de sus intereses al partido fundado por el presidente.
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