En menos de 24 horas se han registrado dos ataques a elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), sin que hasta el momento la dependencia se haya pronunciado al respecto.
El primer ataque se dio este domingo en el municipio de Villa Victoria en contra de un policía de investigación, que dejó un saldo de tres personas muertas, dos de ellas menores de edad.
El segundo ataque se dio en menos de 24 horas, hombres armados agredieron a cinco Policías de Investigación, mientras los servidores públicos se encontraban en un local de venta de alimentos en la colonia 10 de agosto, en el municipio de Ixtapan de la Sal.
La amenaza del crimen organizado con la Fiscalía General de Justicia es un desafío contra el Estado de México que debe ser respondido con todo el peso de la ley y el uso debido de la fuerza.
No pueden un puñado de delincuentes psicópatas, aunque estén armados hasta los dientes, pretender someter a las instituciones del Estado sin obtener a cambio una respuesta contundente.
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El asesinato en Yebucivi del agente de investigación Abel González y sus dos pequeños hijos de 4 y 7 años, es un crimen atroz propio de mentes perturbadas que debe ser perseguido y castigado ejemplarmente. Dejarlo impune por incompetencia, abulia, corrupción o miedo, sería todavía peor. Todo el estado de fuerza, si fuera necesario, debería estar volcado buscando a esos cobardes.
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El Fiscal General de Justicia, Alejandro Gómez Sánchez y la secretaria de Seguridad, Maribel Cervantes, deberían recibir todo el respaldo político, social e institucional, para emprender la lucha frontal y definitiva con las organizaciones criminales como “La Familia”, “Guerreros Unidos”, “Caballeros Templarios”, “CJNG” o cualquier otra. Este un buen momento para al fin decir ¡basta!
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